domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 8

Ayudo a Alec a moverse y nos metemos dentro de la cornucopia.
Le apoyo contra la pared de oro y le doy algo para comer. Le cambio el vendaje y salgo a hacer guardia, Tobias podría llegar en cualquier momento, debo estar preparado, tengo que proteger a Alec.
La arena está muy tranquila, eso no se porque me preocupa aun más, coloco unas cuantas trampas para animales y quien sabe tal vez para personas. Coloco un par de sedales en el lago y vuelvo a la cornucopia.
Alec está durmiendo, su pecho sube y baja al compás de su respiración, me siento a su lado y le miro, no puedo evitar que se me escape una sonrisa.
Un crujido en el exterior hace que me levante de golpe, tenso una flecha en el arco y salgo despacio.
Un conejo pasa rápidamente delante de mi, me relajo un poco y guardo la flecha cuando un cuchillo se clava en la pared de la cornucopia.
Me pongo a cubierto y vuelvo a tensar una flecha en el arco, salgo y apunto en dirección a Tobias que se acerca corriendo con un cuchillo en la mano y disparo, se tira a un lado y evita la flecha, le disparo dos flechas más y vuelvo a fallar; tan solo me queda una.
Salgo de la cornucopia y lo busco con la mirada, se ha escondido en alguna parte, tengo que estar atento, de entre los arbustos sale otro cuchillo que me rasga la ropa y me hace un corte en el brazo, disparo la ultima flecha, y un gemido sale de los matorrales, Tobias sale con la flecha clavada en el hombro.
Se saca la flecha y la arroja al suelo, coge un cuchillo y empieza a correr hacia mi, saco yo también uno y me preparo para defenderme, miro a sus ojos, están cegados por la ira.
Le lanzo el cuchillo y le acierto en la mano, su cuchillo cae al suelo. Se abalanza sobre mi y me tira al suelo, rodamos por el suelo forcejeando, me pone las manos en el cuello intentando ahogarme, le doy un golpe y se desequilibra, me da un puñetazo en la mandíbula y vuelve a agarrarme del cuello, noto que me falta el aire pero no he llegado hasta aquí para rendirme, deslizo mi mano al cinturón, saco el cuchillo y se lo clavo en la espalda. Suelta un alarido de dolor y cae con  todo su peso sobre mi, muerto.
Me lo quito de encima y vuelvo a la cornucopia me siento junto a Alec y le beso, ahora es cuando tengo que quitarme la vida, o ellos mataran a uno de los dos.
-Te quiero Will. Eres lo mejor que me ha pasado.
-Yo también te quiero Alec.
En ese momento suena el himno del capitolio y la voz de Caesar Jr. nos declara como vencedores de los juegos, un aerodeslizador aparece para recogernos, debería alegrarme pero esto solo hace que me preocupe más.
Al llegar al capitolio se han llevado a Alec a una entrevista con el presidente, al salir de ella tenia muy mala cara, no se de que han hablado pero de nada bueno eso está claro. Me ha mirado con lástima y se ha ido a su habitación a recoger sus cosas.
Dentro del tren me pongo a buscar a Alec, lo encuentro en el exterior mirando como se aleja el capitolio, me acerco a él y me dispongo a besarle cuando suelta una carcajada cruel y me para.
-¿Qué te pasa Alec?
-No te quiero Will, tan solo estaba actuando para sacarnos a los dos de allí.
-Pero yo pensé que...
-Eres un iluso si pensaste que yo me iba a fijar en alguien como tú.
Las lagrimas me nublan los ojos, me duele más el desprecio de su voz, me quito el colgante y levanto el brazo para tirarlo fuera del tren.

Bajo el brazo, no puedo tirarlo a pesar de todo yo le sigo queriendo, en lugar de eso se lo tiro a él.
-¡No quiero volver a verte en mi vida Alec. Te odio!
Me voy corriendo al vagón de al lado y me tiro sobre el sofá ignorando las miradas de mi madre y Haymitch. Llegamos al distrito siete y Alec se baja del tren, no le quiero volver a ver nunca más sin embargo en cosa de un mes tendré que volver a verle en la gira de la victoria y tendríamos que fingir que seguimos juntos pero eso tan solo me haria más daño.
Llego al distrito doce y Haymitch y mi madre me acompañan, el primero en venir a mi encuentro es Jace, me coge de la mano y me saca de entre la gente. Me lleva a casa y me abraza fuertemente.
-Sabia que volverías hermanito.
Luego le llega el turno a Prim y a mi padre, este ultimo me da un pastel relleno de crema, que sabe que son de mis favoritos. Jace me lleva a su habitación y se sienta en su cama, yo me siento a su lado.
-¿Que querías decirme?
-Es sobre Alec, ¿no crees que es un poco mayor para ti?
Las lagrimas amenazan con salir de mis ojos pero trago saliva inspiro profundamente y me las guardo.
-¿No te avergüenzas de mi, Jace?
-¿Porque tendría que estar avergonzado?
-Pues por ser... ya sabes, por que me gusten los chicos.
-¡No digas tonterías, eres mi hermano Will, no importa como seas. Seguiré queriéndote igual!
Una sonrisa aflora de mis labios, es la primera sonrisa que tengo desde que salí de la arena.
-Y por Alec no te preocupes Jace, él estaba actuando.
La furia aparece en su rostro
-¡Te ha utilizado! Cuando le vea le pienso dejar las cosas claras.
-No hagas nada por favor, Jace, consiguió sacarme con vida de la arena. Además...
-Además tu a él si le quieres.
-Creo que si.