sábado, 27 de abril de 2013

Capitulo 6

La cuenta atrás llega a cero, salgo corriendo a la cornucopia y me hago con dos arcos y dos mochilas.
Un tributo me golpea y caigo al suelo, está a punto de matarme pero Alec lo atraviesa con la espada. Nos vamos en la dirección que tomó Lena y nos adentramos en el bosque. Lena está subida a un árbol  le doy su mochila y su arco y emprendemos el camino, se oyen hasta trece cañonazos, acaban de empezar los juegos y ya vamos por la mitad de tributos, seguimos atravesando el bosque y cuando creemos que ya estamos lo suficientemente lejos de los demás paramos a descansar, Lena y Alec se quedan preparando el campamento, mientras que yo me voy a cazar algo para comer. Al volver al campamento traigo conmigo un tres conejos y un par de pavos silvestres. Han improvisado un escondite entre los matorrales, encendemos un fuego para cocinar la comida y disfrutamos de ella. Abro las mochilas para ver de los objetos que disponemos; un par de sacos de dormir, una bolsa llena de manzanas verdes, unos vendajes desinfectante de heridas, un par de sogas y tres botellas de agua vacías.
Le cedo mi saco a Alec y Lena se mete en el suyo, me levanto del suelo y me pongo a hacer guardia, al cabo de un par de horas Alec me llama y me dice que tiene frío, me pide que me tumbe a su lado, me hace sitio en el saco y me quedo despierto toda la noche, mi corazón late tan rápido que parece que va a estallar en cualquier momento.
No se porqué me pone tan nervioso, estar cerca de él.
Al amanecer salgo del saco y me como una pata de conejo, cuando ellos dos se levantan el sol ya está por encima de nuestras cabezas
-Buenos días perezosos.
Recogemos el campamento y seguimos avanzando, a lo lejos se ve un río y unas cuevas, las cuevas donde se escondieron mis padres.
Decidimos que Lena se quede en la cueva mientras que Alec y yo salimos a cazar, nos detenemos en un claro del bosque a descansar y Alec se acerca a mi, acerca su cara a la mía y en ese momento suena un cañonazo, vamos corriendo a la cueva y vemos a Lena acurrucada contra la pared de la cueva con un cuchillo ensangrentado y el cuerpo de un tributo tirado en el suelo.
Hasta aquí llega la crueldad del capitolio, convertir en asesina a una niña de doce años. Una hora más tarde suena otro cañonazo.
Quedamos once tributos. Cada vez menos.

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