domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 3

Miro a mi alrededor esperando que no lo haya visto nadie más pero oigo el llanto ahogado de mi madre, lo ha oído todo, con la vuelta de los juegos volverán sus pesadillas, todo por lo que han luchado se viene abajo. Mañana al amanecer darán más información, no aguanto más la presión va a volverme loco, mi madre se ha pasado llorando toda la mañana, mi padre se ha encerrado en su estudio de arte, Jace está intentando consolar a Prim que está muy asustada, voy corriendo a la estación y me subo en el primer tren que sale, va al distrito siete, al llegar a la parada me pongo a correr entre los arboles hasta que no puedo más y me tiro en el suelo agotado.
-No me digas que has venido hasta el distrito siete solo para hacer deporte._Es la voz de Alec ¿O es que no aguantabas más sin verme?
-¿Que creído te lo tienes no?
-Bueno tampoco me has contestado que no._ me dice con una sonrisa picara
 Me he puesto colorado.
-¿Has oído lo de los juegos?._pregunto intentando cambiar de tema.
Su rostro pierde la sonrisa y adquiere una expresión de como quien mira a un cachorrillo abandonado. Se acerca a mi lentamente, a cada paso que da mi corazón se acelera, abre sus brazos y los cierra en torno a mi
envolviéndome en un cálido abrazo.
-Has venido por eso ¿no es así?
-Si, he cogido el primer tren que he visto.
-No te preocupes pequeño, no creo que tengas la mala suerte de salir elegido.
-Gracias Alec, debería volver ya o se empezaran a preocupar.
Me da mucha pena separarme de él, Alec huele muy bien, a fresas y a algo denso, claramente masculino, me subo al tren y me quedo mirando como se aleja el distrito siete, entro en casa y me meto en la cama, no me apetece hablar con nadie.
Al amanecer bajo las escaleras y me pongo a desayunar en lo que retransmiten el anuncio de los juegos, cuando empieza todos estamos sentados en el sofá de casa. Entonces el televisor se enciende automáticamente y sale el presidente vestido con un traje negro, diciendo que los juegos del hambre volverán a su esplendor, que los distritos volverán a suministrar productos al capitolio y que en los septuagésimos juegos del hambre los tributos saldrán de los hijos de los vencedores.
Himno sello y fuera.
En el distrito doce hay seis hijos de vencedores, Jace, que ya ha pasado la edad de participar en los juegos, Hayley y Lena, Prim, Connor, el hijo de Haymitch y yo. Solo somos dos chicos para participar, la suerte no está de mi lado.
Estoy seguro de que Haymitch ha vuelto a beber, esta vez por sus hijos, a  mi madre le ha pasado como a mi abuela cuando murió el abuelo, se ha quedado con la mirada perdida, no responde cuando le hablas, apenas se mueve. Salgo al bosque y me pongo a disparar con el arco para relajarme.
Durante toda la semana he estado entrenando a Prim, enseñándole a cazar, a pescar, a despellejar un animal, a lanzar cuchillos, a pelear. No puedo arriesgarme a que Prim vaya a la arena sin preparación, solo queda un día para la cosecha, Prim está asustada pero intenta parecer fuerte, por el bien de nuestra madre.
Esa noche tengo una pesadilla, salgo elegido yo, y en la arena la voz de Prim hace que huya al bosque, donde tres mutos me agarran y tiran de mi.
Jace me despierta por la mañana, ha estado llorando, yo me levanto me visto y bajo a la cocina donde todos están ya preparados para salir, mi padre está abrazando a Prim y a mi madre que está llorando, salimos todos de casa y Prim y yo nos vamos a registrar, después cada uno se va a su sección.
En el escenario están el alcalde y la enviada del capitolio, Effie Trinket Jr, después de la presentación, se acerca a las urnas para seleccionar los nombres.
-Las damas primero._dice y saca un papel de los tres que hay en la urna._ Lena Abernathy._Miro a Haymitch, se ha derrumbado.
Saca un papel de la urna de los chicos y pronuncia lentamente mi nombre._ William Mellark

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