domingo, 5 de mayo de 2013

Capitulo 8

Ayudo a Alec a moverse y nos metemos dentro de la cornucopia.
Le apoyo contra la pared de oro y le doy algo para comer. Le cambio el vendaje y salgo a hacer guardia, Tobias podría llegar en cualquier momento, debo estar preparado, tengo que proteger a Alec.
La arena está muy tranquila, eso no se porque me preocupa aun más, coloco unas cuantas trampas para animales y quien sabe tal vez para personas. Coloco un par de sedales en el lago y vuelvo a la cornucopia.
Alec está durmiendo, su pecho sube y baja al compás de su respiración, me siento a su lado y le miro, no puedo evitar que se me escape una sonrisa.
Un crujido en el exterior hace que me levante de golpe, tenso una flecha en el arco y salgo despacio.
Un conejo pasa rápidamente delante de mi, me relajo un poco y guardo la flecha cuando un cuchillo se clava en la pared de la cornucopia.
Me pongo a cubierto y vuelvo a tensar una flecha en el arco, salgo y apunto en dirección a Tobias que se acerca corriendo con un cuchillo en la mano y disparo, se tira a un lado y evita la flecha, le disparo dos flechas más y vuelvo a fallar; tan solo me queda una.
Salgo de la cornucopia y lo busco con la mirada, se ha escondido en alguna parte, tengo que estar atento, de entre los arbustos sale otro cuchillo que me rasga la ropa y me hace un corte en el brazo, disparo la ultima flecha, y un gemido sale de los matorrales, Tobias sale con la flecha clavada en el hombro.
Se saca la flecha y la arroja al suelo, coge un cuchillo y empieza a correr hacia mi, saco yo también uno y me preparo para defenderme, miro a sus ojos, están cegados por la ira.
Le lanzo el cuchillo y le acierto en la mano, su cuchillo cae al suelo. Se abalanza sobre mi y me tira al suelo, rodamos por el suelo forcejeando, me pone las manos en el cuello intentando ahogarme, le doy un golpe y se desequilibra, me da un puñetazo en la mandíbula y vuelve a agarrarme del cuello, noto que me falta el aire pero no he llegado hasta aquí para rendirme, deslizo mi mano al cinturón, saco el cuchillo y se lo clavo en la espalda. Suelta un alarido de dolor y cae con  todo su peso sobre mi, muerto.
Me lo quito de encima y vuelvo a la cornucopia me siento junto a Alec y le beso, ahora es cuando tengo que quitarme la vida, o ellos mataran a uno de los dos.
-Te quiero Will. Eres lo mejor que me ha pasado.
-Yo también te quiero Alec.
En ese momento suena el himno del capitolio y la voz de Caesar Jr. nos declara como vencedores de los juegos, un aerodeslizador aparece para recogernos, debería alegrarme pero esto solo hace que me preocupe más.
Al llegar al capitolio se han llevado a Alec a una entrevista con el presidente, al salir de ella tenia muy mala cara, no se de que han hablado pero de nada bueno eso está claro. Me ha mirado con lástima y se ha ido a su habitación a recoger sus cosas.
Dentro del tren me pongo a buscar a Alec, lo encuentro en el exterior mirando como se aleja el capitolio, me acerco a él y me dispongo a besarle cuando suelta una carcajada cruel y me para.
-¿Qué te pasa Alec?
-No te quiero Will, tan solo estaba actuando para sacarnos a los dos de allí.
-Pero yo pensé que...
-Eres un iluso si pensaste que yo me iba a fijar en alguien como tú.
Las lagrimas me nublan los ojos, me duele más el desprecio de su voz, me quito el colgante y levanto el brazo para tirarlo fuera del tren.

Bajo el brazo, no puedo tirarlo a pesar de todo yo le sigo queriendo, en lugar de eso se lo tiro a él.
-¡No quiero volver a verte en mi vida Alec. Te odio!
Me voy corriendo al vagón de al lado y me tiro sobre el sofá ignorando las miradas de mi madre y Haymitch. Llegamos al distrito siete y Alec se baja del tren, no le quiero volver a ver nunca más sin embargo en cosa de un mes tendré que volver a verle en la gira de la victoria y tendríamos que fingir que seguimos juntos pero eso tan solo me haria más daño.
Llego al distrito doce y Haymitch y mi madre me acompañan, el primero en venir a mi encuentro es Jace, me coge de la mano y me saca de entre la gente. Me lleva a casa y me abraza fuertemente.
-Sabia que volverías hermanito.
Luego le llega el turno a Prim y a mi padre, este ultimo me da un pastel relleno de crema, que sabe que son de mis favoritos. Jace me lleva a su habitación y se sienta en su cama, yo me siento a su lado.
-¿Que querías decirme?
-Es sobre Alec, ¿no crees que es un poco mayor para ti?
Las lagrimas amenazan con salir de mis ojos pero trago saliva inspiro profundamente y me las guardo.
-¿No te avergüenzas de mi, Jace?
-¿Porque tendría que estar avergonzado?
-Pues por ser... ya sabes, por que me gusten los chicos.
-¡No digas tonterías, eres mi hermano Will, no importa como seas. Seguiré queriéndote igual!
Una sonrisa aflora de mis labios, es la primera sonrisa que tengo desde que salí de la arena.
-Y por Alec no te preocupes Jace, él estaba actuando.
La furia aparece en su rostro
-¡Te ha utilizado! Cuando le vea le pienso dejar las cosas claras.
-No hagas nada por favor, Jace, consiguió sacarme con vida de la arena. Además...
-Además tu a él si le quieres.
-Creo que si.

sábado, 27 de abril de 2013

Capitulo 7

Después de un largo día de caza vuelvo a la cueva, Alec está pescando en el río.Voy a entrar a la cueva y suena un cañonazo, dentro hay un charco de sangre, Lena está sentada contra la pared, tiene un cuchillo en la mano y los ojos sin vida, se ha cortado las venas. Salgo de la cueva como una bala, choco con Alec y me abrazo a él, entre llantos consigo contarle lo que ha pasado, Haymitch ha de estar destrozado, es culpa mía  si no la hubiese dejado sola, no habría tenido que matar a esa chica y jamás se habría vuelto loca.
Escondido en los brazos de Alec me encuentro mejor, sin preocuparme por lo que me rodea, a salvo.
Nos hemos marchado de la cueva, yo ya no podía seguir ahí.
Han sonado dos cañonazos desde que salimos de la cueva, seguimos buscando un sitio donde escondernos, encontramos una zona oculta por unos matojos y decidimos pasar la noche allí.
En el cielo aparecen los rostros de Jared del distrito 9 y Beatrice del 10, repaso mentalmente los tributos que quedan, los cuatro profesionales, Tobias, el chico del 10 y Christina, la chica del 11.
Al alba me despiertan los cantos de los sinsajos, y al abrir los ojos, se me acelera el corazón, la cara de Alec está a no más de tres centímetros de la mía. Me incorporo y me quedo mirándole, su rostro está rejuvenecido, parece tan en paz, debe de estar soñando algo bonito, entonces sus ojos se abren y yo desvío la mirada hacia otro lado.
-Tendríamos que ir a cazar, casi no nos queda comida._me dice este.
-Está bien, si nos separamos cubriremos más terreno.
Cargo una flecha en el arco y empiezo a caminar en busca de alguna presa, veo un conejo y lo atravieso con una flecha, me pongo despellejarlo cuando oigo el crujido de una rama a mi derecha, sé que no es un animal, y Alec se fue hacia el otro lado, a lo mejor son imaginaciones mías, quizá me estoy volviendo loco.
Un cuchillo sale de entre los arbustos y se me clava en la pierna, detrás de él aparece Drew, el tributo del distrito 1, tiene otro cuchillo en la mano, consigo esbozar una sonrisa amarga, tal vez sea este mi final, no me importa, conmigo muerto Alec no tendrá problemas para ganar los juegos.
Entonces Drew cae al suelo a medio metro de mi con una flecha clavada en la espalda y me encuentro con la mirada enfurecida de Alec.
-¡SE PUEDE SABER QUE TE PASA!¡QUE HABRÍA PASADO SI NO HUBIESE VENIDO, PORQUE NO TE HAS DEFENDIDO!._me grita enfadado
-No aguanto más Alec, no tengo fuerzas para seguir luchando.
-¡Eres un egoísta, solo estas pensando en ti! Que pasa con tus hermanos y con tus padres.
-Ya me despedí de ellos, les dije que no iba a sobrevivir.
-¡Y que pasa conmigo!
-¿Contigo? Conseguirías ganar los juegos y volver a casa a salvo.
-¡Pero te perdería, maldita sea, Will no te das cuenta de que te quiero!
-Alec...
-Me encantaría besarte, abrazarte, estar contigo.
-No hay nadie que te lo impida.
Se acerca a mi lentamente, me acaricia la cara, cuando me acerco a su rostro para besarle me pone un dedo en los labios.
-Prométeme que harás todo lo posible por sobrevivir.
-Te lo prometo.
Acerca su rostro al mio y nos fundimos en un apasionado beso, hacia tanto tiempo que ansiaba estos labios, saber como saben, sentir su calor sobre los míos, dicen que el primer beso nunca se olvida y tienen razón yo no lo pienso olvidar.
El sonido de un cañonazo hace que nos separemos, los juegos están llegando a su fin, los vigilantes se las apañaran para reunirnos a todos en un lugar, al cabo de un rato de camino me doy cuenta de que tengo razón  hemos pasado por el mismo lugar varias veces, cada vez que nos desviamos volvemos al mismo sitio,
Alec me coge la mano y me la aprieta con fuerza para darme confianza, yo esbozo una sonrisa.
-Juntos.
-Siempre
Otro cañonazo, tan solo quedamos cinco tributos, un ruido a mis espaldas me hace darme la vuelta, Blaine y Lucy salen del bosque y se tiran sobre nosotros, consigo esquivar la espada de Lucy, cojo el cuchillo y le rebano la garganta. Saco una flecha y disparo a Blaine al mismo tiempo que él apuñala a Alec, suenan dos cañonazos.
-¡Alec, no!
Corro a donde está Alec y lo apoyo despacio en el suelo, con cuidado le extraigo la daga y me arranco un trozo de tela para detener la hemorragia. Abro la mochila y saco la botella de agua con la que le limpio la herida, arranco un par de juncos y consigo improvisar un vendaje.
-Will, tienes que dejarme aquí, tienes que ganar.
-Ni hablar, vas a sobrevivir y nos vamos a ir juntos de aquí. Yo te prometí que haria todo lo posible por sobrevivir ahora quiero que lo hagas tu lo mismo; si no lo haces haré todo lo posible por que me maten.
-No quiero prometerte algo que no puedo cumplir Will.
-Alec, no me puedes hacer esto, te quiero, no me puedes dejar solo._los ojos se me llenan de lagrimas
-Dame un beso.
-Si sobrevives te doy mil.
-Y si te pierdes al contar.
-Volveré a empezar.

Capitulo 6

La cuenta atrás llega a cero, salgo corriendo a la cornucopia y me hago con dos arcos y dos mochilas.
Un tributo me golpea y caigo al suelo, está a punto de matarme pero Alec lo atraviesa con la espada. Nos vamos en la dirección que tomó Lena y nos adentramos en el bosque. Lena está subida a un árbol  le doy su mochila y su arco y emprendemos el camino, se oyen hasta trece cañonazos, acaban de empezar los juegos y ya vamos por la mitad de tributos, seguimos atravesando el bosque y cuando creemos que ya estamos lo suficientemente lejos de los demás paramos a descansar, Lena y Alec se quedan preparando el campamento, mientras que yo me voy a cazar algo para comer. Al volver al campamento traigo conmigo un tres conejos y un par de pavos silvestres. Han improvisado un escondite entre los matorrales, encendemos un fuego para cocinar la comida y disfrutamos de ella. Abro las mochilas para ver de los objetos que disponemos; un par de sacos de dormir, una bolsa llena de manzanas verdes, unos vendajes desinfectante de heridas, un par de sogas y tres botellas de agua vacías.
Le cedo mi saco a Alec y Lena se mete en el suyo, me levanto del suelo y me pongo a hacer guardia, al cabo de un par de horas Alec me llama y me dice que tiene frío, me pide que me tumbe a su lado, me hace sitio en el saco y me quedo despierto toda la noche, mi corazón late tan rápido que parece que va a estallar en cualquier momento.
No se porqué me pone tan nervioso, estar cerca de él.
Al amanecer salgo del saco y me como una pata de conejo, cuando ellos dos se levantan el sol ya está por encima de nuestras cabezas
-Buenos días perezosos.
Recogemos el campamento y seguimos avanzando, a lo lejos se ve un río y unas cuevas, las cuevas donde se escondieron mis padres.
Decidimos que Lena se quede en la cueva mientras que Alec y yo salimos a cazar, nos detenemos en un claro del bosque a descansar y Alec se acerca a mi, acerca su cara a la mía y en ese momento suena un cañonazo, vamos corriendo a la cueva y vemos a Lena acurrucada contra la pared de la cueva con un cuchillo ensangrentado y el cuerpo de un tributo tirado en el suelo.
Hasta aquí llega la crueldad del capitolio, convertir en asesina a una niña de doce años. Una hora más tarde suena otro cañonazo.
Quedamos once tributos. Cada vez menos.

martes, 23 de abril de 2013

Capitulo 5

Mi madre me viene a despertar por la mañana y por una vez pienso que todo ha sido un sueño, que estoy en mi casa de la Aldea de Vencedores pero al mirar a mi alrededor veo que estoy en el capitolio y que tengo que ir a entrenar, al llegar abajo la entrenadora nos dice que hay unos ejercicios obligatorios y que el resto del tiempo podemos entrenar como queramos. Después de pelear con la espada contra un monitor, encender un fuego y escalar una pared, me voy al puesto de plantas comestibles y venenosa y atiendo a las explicaciones del monitor y después me voy al puesto de nudos y trampas. Al acabar de comer vuelvo a la sala de entrenamiento y voy a practicar con la espada contra Alec, es bastante bueno así que en cuestión de segundos estoy en el suelo con la espada apuntándome al corazón. Después cogemos los cuchillos y empezamos a practicar lanzamiento y esta vez gano yo. Lena no se ha separado del puesto de plantas y el de camuflaje en todo el día. Al volver a la habitación  Haymitch me dice que tenemos que hablar de lo que voy a hacer en la entrevista, así que al día siguiente tengo cuatro horas con el por la mañana para decidir que actitud voy a tener en la entrevista, no puedo tener una actitud seductora por mi cara de niño, tampoco agresiva por la misma razón, podría intentar algo infantil o quizá de hermano protector, lo más probable es que haga algo así. Por la tarde voy con Effie que me tiene que enseñar como comportarme en la entrevista, como caminar, como contestar a las preguntas y quedar bien. Finalmente voy con Louis que me tiene que enseñar la ropa que voy a llevar durante la entrevista. Consiste en un traje negro con una corbata del mismo gris brillante de mis ojos. Subo a comer algo y me preparo para la entrevista cojo el colgante de Alec y me lo pongo, pienso llevarlo a la arena y quiero que me entierren llevándolo puesto cuando me muera, bajo al auditorio donde se llevará a cabo la entrevista, veo las entrevistas de los demás tributos, Lena va vestida con un vestido rosa de princesa, está adorable, va a tener más patrocinadores que nadie.
Le toca a Alec, como yo había supuesto su actitud es vanidosa, está muy guapo, lleva un traje azul como sus ojos y el pelo desordenado lo que le da un aspecto irresistible, cuando le toca el turno a Lena le deseo suerte y sale al escenario, le hacen unas preguntas y el público rompe en aplausos. Me llaman a mi y estoy algo nervioso, miento, estoy muy nervioso. Me siento donde me manda Caesar Jr y me felicita por el desfile.
-Me gusto mucho tu traje en el desfile de ayer
-Gracias, señor, el mérito es de Louis, mi estilista
-Tu estilista es un genio
-Lo sé señor
-Que colgante tan bonito
-Si, me lo regaló una persona muy especial.
Cuando me va a preguntar quien es esa persona suena el timbre que indica el final de la entrevista, el público me aplaude y al salir Effie, Haymitch y Katniss,mi madre, me felicitan porque lo he hecho muy bien.
Subimos a cenar y Haymitch me avisa de que la prueba de habilidad será al día siguiente por la tarde así que no puedo acostarme tarde.
Lena es la que me despierta esta vez y me dice que no sabe que va a hacer en la prueba, yo tenia pensado lanzar unos cuchillos y disparar con el arco, le sugiero que haga algo con el camuflaje
Bajamos a la sala de entrenamiento y nos quedamos en la puerta mientras van pasando los tributos, cuando le llega el turno a Lena está muy nerviosa, le deseo suerte y desaparece tras la puerta, cuando me llaman, cojo aire profundamente y entro, en la zona de camuflaje hay restos de pintura, me ha hecho caso, voy a donde están los cuchillos y el arco, empiezo por los cuchillos, hay unos muñecos a lo lejos y les lanzo los cuchillos cortándoles la cabeza, después cogí el arco y les atravesé en el lugar donde se supone que está corazón. Dejo el arco e su sitio y me voy, me acerco a Lena.
-Cuando estemos en la arena y acabe la cuenta atrás¡corre, escóndete y no salgas hasta que yo llegue!
-Vale._dice asintiendo con la cabeza.
Louis viene a buscarme y nos metemos en el aerodeslizador y vamos a el lugar donde está la arena, nos introducen el localizador en el brazo, me despido de Haymitch y mi madre, y voy con Louis a una sala donde está el tubo que debe llevarme a la arena, Louis me pone una chaqueta, me pone el colgante de Alec, se mete la mano en el bolsillo, saca algo dorado, cuando la abre veo la insignia de sinsajo que mi madre llevo  en sus primeros juegos del hambre. Me meto en el tubo y me quedo mirando fijamente los ojos azul claro de Louis, el tubo empieza a ascender, la luz del sol me deslumbra, cuando consigo ver, me doy cuenta de donde estamos, es la misma arena en la que participaron mis padres en su primer año, busco con la mirada a Lena, hay tres tributos entre nosotros y uno de ellos es Alec, cuando quedan tan solo cinco segundos para que empiecen, le echo un ultimo vistazo a Lena y me preparo para salir corriendo.

lunes, 22 de abril de 2013

Capitulo 4

Estoy en la habitación de el Edificio de Justicia cuando entra Jace, no dice nada solo me abraza, me envuelve en su calor, entonces sin previo aviso se pone a llorar, nunca había visto a mi hermano llorar, el olor a naranjas y almendras de su cuerpo me embriaga.
-Te quiero, Will, , seguro que ganarás pero por si acaso quiero que sepas que eres el mejor hermano que se puede tener.
-Jace, tienes que hacer algo por mi.
-Claro, lo que sea, ¿de que se trata?
-Necesito que vayas a casa y me traigas un colgante que hay sobre la mesa, es un zafiro.
Ni siquiera me responde solo sale a toda velocidad, un rato más tarde entran mis padres en la habitación, mi madre me abraza con fuerza, y yo me dejo, es como cuando era pequeño, escondía mi cara en su pelo y me sentía a salvo. Mi padre me abraza también, huele a canela y a eneldo ya que es panadero.
-Te estaremos esperando a que vuelvas con tu hermana.
-Mamá, no voy a volver de la arena.
En ese momento entra un agente de paz y los echa.
-Te queremos Will.
Effie viene a buscarme para llevarnos al tren, cuando Jace se acerca corriendo pero los agentes le bloquean el paso, me zafo de Effie y voy corriendo hacia él y me da el colgante, aprieto su mano fuertemente y memorizo su cara, es la ultima vez que lo veo.
-Adiós Jace.
-Adiós, Will.
Subimos al tren y puedo estar con Lena. Está llorando desconsoladamente, y no la culpo yo también estoy muy asustado pero no puedo llorar, no debo derrumbarme, debo mantenerme fuerte por ella, me siento en un sillón y me pongo a observar el colgante y veo que el zafiro está envuelto en un papel, lo abro y leo un pequeño mensaje de cinco palabras que me hace sonreír: "Recuerda que apuesto por ti"
Aprieto el colgante muy fuerte en mi mano y me parece ver partes de Alec, su sonrisa, sus ojos brillando.
Sin soltar el colgante voy a ver las cosechas en los otros distritos.
En el distrito 1 han salido Drew y Charlotte en el distrito 2 Blaine y Lucy en el tres Cosmo y Wanda en el cuatro Peter y Rosie; bien Finnick no ha entrado, en el distrito 5 Maryse y Robert en el 6 Jack y Gina, cuando dicen los tributos del siete se me cae el colgante de las manos y no puedo evitar soltar un sollozo.
-Alexander Gideon Hawthorne y Martha Davis, después salen los tributos del resto de distritos, después sale el distrito 12, Lena y yo, finalmente del distrito 13 Grover y Nancy..
-Déjame solo por favor.
Se levanta y sale de la habitación, yo me hago un ovillo en el sofá, recojo el colgante y me pongo a llorar, decido levantarme y me pongo a ver cintas de otros juegos para ver si encuentro algo que me sirva, estoy buscando en la caja cuando veo una con una etiqueta que reza: Septuagésimo cuartos juegos del hambre; es la de mis padres, en ella aparecen la pequeña Rue y la lanza que la atraviesa, mi madre decorando su cuerpo con flores, la muerte de Cato, y finalmente la jugada de las bayas, podría intentar buscar algo así, y poder salvarnos a mi y a Alec, . Entonces por la puerta de nuestro compartimento entran mi madre y Haymitch.
-¿Q-que hacéis aquí?
 -Somos vuestros mentores._dice con una sonrisa amarga.
-Papá!._ grita Lena sonriendo, es la primera vez que sonríe desde que anunciaron la cosecha.
-¿Y papá?._pregunto yo
-Bueno, alguien se tenia que quedar con Jace.
En cierto modo me alegro de que se quede cuidando a Jace, esta vez el capitolio se ha pasado, obligar a una madre a ver morir a sus hijos, es algo imperdonable. El tren frena y Effie nos informa de que hemos llegado al capitolio, nos llevan a una habitación donde me obligan a desnudarme y empiezan a arrancarme los pelos del cuerpo hasta que no me queda ni uno, después me dan un liquido naranja para beber y me dicen que es para que no me crezca el pelo en el cuerpo durante los juegos, después me dejan solo hasta que viene un hombre que dice ser mi estilista, su nombre es Louis, me cae bien desde el primer momento, el tampoco está de acuerdo con los juegos ni me felicita por estar en ellos como hacen el resto de personas en el capitolio.
Después de hablar un rato con él me explica lo que voy a llevar puesto en el desfile de tributos.
Voy a llevar un traje negro y rojo y le va a prender fuego; ha tomado la idea de Cinna, el que había sido estilista de mi madre, pero el fuego será de colores, después el traje será de color ceniza, como si se hubiese carbonizado.
En el desfile al ser el distrito doce salimos de últimos cuando veo a Lena arder en llamas de color rosa es más adorable todavía, seguro que le llueven los patrocinadores, a mi mis llamas verdes y azules no me convencen pero yo sonrió igual, después nuestras llamas se tornan doradas y cuando frenamos el carro desaparecen. El publico aplaude como loco y el presidente Morgenstern los calma y da su discurso.
-Bienvenidos "tributos"._dice recalcando esa palabra como diciendo estáis aquí solo para morir._Felices septuagésimo sextos juegos del hambre y que la suerte esté siempre de vuestra parte.
Cuando vamos a los ascensores para subir a las habitaciones Alec se me acerca corriendo, va vestido de árbol como siempre han ido los del distrito siete.
-Bonito traje._ dice revolviéndome el pelo.
-Gracias, tu estas muy bien de árbol._le digo burlándome.
-Si lo sé, a mi me queda bien todo.
-Alec, sabes que la vanidad es un pecado
-Anda, vamos arriba. Llevas mi colgante.
-Si, me encanta, me da suerte.
-Me alegro de que te guste.
Subimos en el ascensor los tres, Alec, Lena y yo y Alec se baja en el piso siete, que es el de su distrito y nosotros dos subimos hasta el doce, nos instalamos en las habitaciones y vamos a cenar con mi madre, Haymitch, Effie, Louis y Marlene y me voy pronto a dormir, debo estar descansado para los entrenamientos.

domingo, 21 de abril de 2013

Capitulo 3

Miro a mi alrededor esperando que no lo haya visto nadie más pero oigo el llanto ahogado de mi madre, lo ha oído todo, con la vuelta de los juegos volverán sus pesadillas, todo por lo que han luchado se viene abajo. Mañana al amanecer darán más información, no aguanto más la presión va a volverme loco, mi madre se ha pasado llorando toda la mañana, mi padre se ha encerrado en su estudio de arte, Jace está intentando consolar a Prim que está muy asustada, voy corriendo a la estación y me subo en el primer tren que sale, va al distrito siete, al llegar a la parada me pongo a correr entre los arboles hasta que no puedo más y me tiro en el suelo agotado.
-No me digas que has venido hasta el distrito siete solo para hacer deporte._Es la voz de Alec ¿O es que no aguantabas más sin verme?
-¿Que creído te lo tienes no?
-Bueno tampoco me has contestado que no._ me dice con una sonrisa picara
 Me he puesto colorado.
-¿Has oído lo de los juegos?._pregunto intentando cambiar de tema.
Su rostro pierde la sonrisa y adquiere una expresión de como quien mira a un cachorrillo abandonado. Se acerca a mi lentamente, a cada paso que da mi corazón se acelera, abre sus brazos y los cierra en torno a mi
envolviéndome en un cálido abrazo.
-Has venido por eso ¿no es así?
-Si, he cogido el primer tren que he visto.
-No te preocupes pequeño, no creo que tengas la mala suerte de salir elegido.
-Gracias Alec, debería volver ya o se empezaran a preocupar.
Me da mucha pena separarme de él, Alec huele muy bien, a fresas y a algo denso, claramente masculino, me subo al tren y me quedo mirando como se aleja el distrito siete, entro en casa y me meto en la cama, no me apetece hablar con nadie.
Al amanecer bajo las escaleras y me pongo a desayunar en lo que retransmiten el anuncio de los juegos, cuando empieza todos estamos sentados en el sofá de casa. Entonces el televisor se enciende automáticamente y sale el presidente vestido con un traje negro, diciendo que los juegos del hambre volverán a su esplendor, que los distritos volverán a suministrar productos al capitolio y que en los septuagésimos juegos del hambre los tributos saldrán de los hijos de los vencedores.
Himno sello y fuera.
En el distrito doce hay seis hijos de vencedores, Jace, que ya ha pasado la edad de participar en los juegos, Hayley y Lena, Prim, Connor, el hijo de Haymitch y yo. Solo somos dos chicos para participar, la suerte no está de mi lado.
Estoy seguro de que Haymitch ha vuelto a beber, esta vez por sus hijos, a  mi madre le ha pasado como a mi abuela cuando murió el abuelo, se ha quedado con la mirada perdida, no responde cuando le hablas, apenas se mueve. Salgo al bosque y me pongo a disparar con el arco para relajarme.
Durante toda la semana he estado entrenando a Prim, enseñándole a cazar, a pescar, a despellejar un animal, a lanzar cuchillos, a pelear. No puedo arriesgarme a que Prim vaya a la arena sin preparación, solo queda un día para la cosecha, Prim está asustada pero intenta parecer fuerte, por el bien de nuestra madre.
Esa noche tengo una pesadilla, salgo elegido yo, y en la arena la voz de Prim hace que huya al bosque, donde tres mutos me agarran y tiran de mi.
Jace me despierta por la mañana, ha estado llorando, yo me levanto me visto y bajo a la cocina donde todos están ya preparados para salir, mi padre está abrazando a Prim y a mi madre que está llorando, salimos todos de casa y Prim y yo nos vamos a registrar, después cada uno se va a su sección.
En el escenario están el alcalde y la enviada del capitolio, Effie Trinket Jr, después de la presentación, se acerca a las urnas para seleccionar los nombres.
-Las damas primero._dice y saca un papel de los tres que hay en la urna._ Lena Abernathy._Miro a Haymitch, se ha derrumbado.
Saca un papel de la urna de los chicos y pronuncia lentamente mi nombre._ William Mellark

sábado, 20 de abril de 2013

Capitulo 2

Mi madre me despierta por la mañana para ir a cazar, me levanto de la cama y veo un brillo azul encima de la mesa, me froto los ojos y lo recuerdo, es el colgante de Alec, tenia razón  el color azul del zafiro es como mirarle directamente a los ojos, bajo a la cocina donde mi madre me espera impaciente con la bolsa de caza en la mano, salimos juntos y caminamos por la Veta hasta llegar al bosque, recojo mi arco de dentro del tronco de un árbol hueco, pasamos toda la mañana cazando, pescando y recogiendo frutas y bayas, comemos unas fresas que hemos recogido y mientras mi madre duerme la siesta yo recojo algunas bayas más, de repente veo algo que me llama la atención, es una flor blanca, al principio me parece una rosa, pero al acercarme me doy cuenta de que es una prímula, la flor que da nombre a mi hermana, así que la corto con cuidado y la guardo para llevársela a Prim. Al atardecer recogemos nuestras cosas y volvemos a casa, le doy la flor a Prim y ella me lo agradece con un beso en la mejilla, Jace está practicando con su espada nueva y papá está pintando en el piso de arriba.
Salgo a dar un paseo por el distrito cuando veo a Hayley y a Lena, las hijas de Haymitch, y a Helen su mujer
-Hola Will
-Hola señora Abernathy, hola chicas
-¿Como está tu madre, chico?
-Está bien, gracias por preguntar.
-Me alegro, ¿te importaría llevarle esto?.
-Claro, yo se lo llevo, hasta luego
-Adiós.
Voy a casa y le entrego el paquete a mi madre, después subo al piso de arriba y me meto en la ducha, me miro al espejo; un mechón de pelo rubio me cae delante de la cara haciéndome cosquillas en la nariz, mis ojos grises irradian vida, a pesar de tener dieciséis años aun parezco un niño.Tampoco soy muy alto así que eso no ayuda.Me meto en la cama y me pongo a pensar en mis cosas hasta que me puede el cansancio y me quedo dormido.
Por la mañana, siento la necesidad de coger el libro de las plantas que hicieron mis padres y aprenderme las propiedades y usos de estas. Bajo las escaleras y enciendo el televisor, están poniendo las noticias, así que no hago mucho caso hasta que sale una retransmisión de emergencia del capitolio, la presidenta Paylor ha sido asesinada, ahora el gobierno de Panem está en manos de unos terroristas, entonces graban a un hombre que se presenta como el nuevo presidente de Panem, su nombre es Valentine Morgenstern y lo ultimo que dice me deja sin aliento.
-Los juegos del hambre volverán a Panem.
Himno, sello y fuera.

viernes, 19 de abril de 2013

Capitulo 1

Esta noche he dormido mejor que en toda mi vida, me levanto perfectamente descansado cuando oigo a mi madre Katniss llamarme.
-¡Will! Hijo ven a desayunar y despierta a tus hermanos.
-Ya voy mamá! Prim, Jace,a desayunar!
Jace me tira la almohada a la cabeza y Primrose se levanta rauda para llegar la primera, yo soy el mediano, Prim es la pequeña y Jace es el mayor. Los tres hemos heredado el pelo rubio de nuestro padre, Peeta pero solo yo he heredado los ojos grises de mi madre mientras que ellos tienen los ojos azules de mi padre.
Después del desayunar me voy a vestir con la ropa de caza y me voy con mi madre al bosque, ella me da lecciones de tiro con arco y la verdad es que se me da bien, Prim se interesa más por la medicina como la abuela y la hermana de mi madre, que se murió cuando tenia solo trece años, mi madre decía que era la niña más valiente y cariñosa que había en el mundo, mi hermana tiene su mismo nombre y se le parece bastante.
Mi hermano Jace le interesa más la esgrima y se ha apuntado a clases.
-Will, concéntrate ¿en que estas pensando?
-En nada mamá, lo siento.
Disparo a unas cuantas ardillas y perdices y nos sentamos a escuchar el canto de los sinsajos, mi madre a menudo me cuenta historias de cuando era joven, mis padres son los dos vencedores de los juegos del hambre, unos juegos horriblemente crueles en los que veinticuatro niños tenían que matarse entre ellos hasta solo quedar uno, pero mi madre fue el símbolo de la rebelión que acabó con ellos, fue el sinsajo.
Después de la clase voy a pintar con mi padre porque me relaja, no se me da muy bien pero lo intento.
Mi padre me enseña un libro de cuero donde están dibujadas por él todas las plantas que encontraron en la arena y las personas a las que mis padres tenían afecto, como Gale, el amigo de mi madre, Finnick, que murió para salvar a mi madre, Johanna, Annie, la pequeña Rue, Mags o Beetee y Wiress, incluso el viejo Haymitch.
La vida en el distrito doce ha mejorado mucho desde la antigüedad, seguimos suministrando carbón a los demás distritos pero con mejores salarios y horarios. Ahora los distritos suministran a los otros sus materias primas, la presidenta Paylor es bastante justa y hace bien su trabajo, Panem es un mejor lugar para vivir.
Los fines de semana mis padres me dejan ir al distrito cuatro o al distrito siete que es donde viven mis amigos, en el distrito cuatro viven Finnick el hijo de Annie y en el distrito siete viven Alec y Hermione, los hijos de Gale y Johanna.
Después juego un rato con Prim, a un juego que nos ha enseñado mi madre se llama El gato loco, para ello jugamos con Buttercup, el viejo gato de mi tía Prim. Cuando nos cansamos vamos a la panadería de papá y cogemos algún pastel glaseado. 
Decido salir al bosque y cazo un ciervo y una ardilla para venderlos en la carnicería, después me voy a la tienda más cercana y compro una espada de plata, llevo ahorrando durante meses para poder comprarla, en una semana es el decimonoveno cumpleaños de Jace y quiero regalarle la espada porque se que le encantará. Escondo la espada bajo mi cama envuelta en un paño, me meto en la cama y me duermo porque mañana tengo clase.
El día sucede sin ningún contratiempo, al salir de la escuela escucho hablar a dos hombres:
-...Si he oído algo de que van a dar un golpe de estado...
-No puedes hablar en serio.
Salgo corriendo hacia mi casa, no debería haber escuchado esa conversación. Al entrar en casa no le cuento nada a mis padres de lo que he oído, hago mis deberes y me voy a la cama. El resto de la semana pasa volando, preparamos la fiesta de Jace, papá se encarga de la tarta, mamá de llamar a los invitados, a los pocos que Jace nos ha permitido y Prim y yo de la comida.
Prim con sus doce años sabe hacer un estofado de cordero con ciruelas que a mi con mis dieciséis años no me sale tan bien.
Finnick y Annie son los primeros en llegar, Finnick es casi idéntico a su padre, tiene el pelo de color bronce y los ojos verde mar, tiene quince años, tan solo uno menos que yo. Después llegan Gale Hermione y Alec,
Johanna no ha podido venir. Hermione tiene el pelo castaño claro aunque está teñida y tiene la misma edad que Finnick, Alec tiene el pelo negro como su padre y los ojos de color azul zafiro y tiene dieciocho años.
Cuando Jace sopla las velas, yo soy el primero en darle mi regalo, en cuanto lo abre se le iluminan los ojos y me da un fuerte abrazo.
-Gracias renacuajo, es la que quería.
Mis padres le regalan un curso de lucha en el distrito dos y Gale una plaza en el campamento de verano para jóvenes guerreros.Después de la fiesta cuando se están a punto de marchar todos, Alec me lleva a un rincón y me tiende una caja.
-Todavía te debo tu regalo de cumpleaños._ me dice revolviéndome el pelo.
Lo recuerdo perfectamente Alec no había podido venir porque estaba enfermo.
He de reconocer que Alec siempre me ha puesto nervioso, cada vez que me habla o se acerca a mi se me acelera el corazón. Abro la caja y veo que es un colgante con un zafiro, del mismo color que sus ojos.
-Gr-gracias Alec._ Respondo sin poder evitar sonrojarme.
-De nada pequeño, ahora podrás verme aunque no este aquí.